Flora intestinal y tu salud en general
La microbiota o flora
intestinal será la protagonista esencial de la salud del siglo XXI porque mantenerla
sana no solo nos ayudará a disfrutar de una buena digestión y a subir las
defensas, sino que cada vez hay más estudios que demuestran que contribuye a
prevenir diversas enfermedades. Te mostramos cómo cuidarla.
La salud
intestinal y por tanto la salud general depende en gran medida de la microflora
intestinal (bacterias,
levaduras, virus, etc.) que está compuesta por más de 100 billones de
microorganismos que pueblan el tubo digestivo y que conforman una masa viva de
casi 2 kilogramos alojada de forma estable en el intestino. Esta microflora es
tan esencial para el ser vivo que se considera como un órgano más.
Para
qué sirve
El tubo digestivo tiene una triple
regulación: una red de inervación muscular implicada en sus movimientos de
tránsito, una red neuroendocrina que
segrega casi tantos neurotransmisores como el cerebro (por eso dicen que
tenemos un “segundo cerebro” en la barriga) y una red ganglionar que lo conecta
con el sistema inmunitario. Por ello, una buena flora intestinal es esencial
para:
- Mantener en buena forma nuestra
capacidad de autodefensa, es decir nuestro sistema inmunitario. No en vano el
70% de las células inmunitarias del organismo se encuentran en nuestro
intestino.
- Mejorar
las digestiones y asimilar mejor determinados nutrientes.
- Prevenir la
obesidad ya que varios estudios han demostrado que la baja presencia de
bacterias en el intestino aumenta el riesgo de engordar y que el desequilibrio
en la flora intestinal es un factor de riesgo de obesidad tan importante como
la herencia genética, la mala alimentación, el sedentarismo u otros hábitos de
vida poco saludables.
- Impedir que se introduzcan
sustancias tóxicas en nuestro organismo ya que una buena flora hace de barrera
que impide la adherencia de bacterias patógenas y crea un medio hóstil para su
crecimiento.
Qué
puede pasar si nuestra flora no está bien
Las alteraciones en cantidad y
composición de la flora intestinal (disbiosis) acaban haciendo mella en toda la
flora del organismo y afectan al sistema inmunitario.
La disbiosis puede promover estados
patológicos, pero también, puede ser secundaria a estados patológicos asentados.
Hay abundante evidencia científica que
han demostrado un perfil de flora intestinal alterado semejante en enfermos con
la misma patología: celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, alergias y
asma, obesidad, diabetes tipo 2, incluso artritis reumatoide.
Cómo cuidarla
En primer lugar hay que evitar los enemigos declarados de la
flora intestinal: estrés, antibióticos y otros medicamentos (corticoides, antiácidos
o laxantes), dietas hiperproteicas, tabaco y mala o escasa masticación.
En segundo lugar hacer una dieta rica en ingredientes amigos
de la microflora como son los fermentados ricos en probióticos (yogur, chucrut,
miso), las verduras crudas ricas en fibra prebiótica (ajo, cebolla, puerro,
espárrago, achicoria, alcachofa, trigo, cebada, avena, patata, boniato,
legumbres, tomate, manzana, membrillo, ciruela, papaya, pera y plátano) y en alimentos
ricos en glutamina que reparan la permeabilidad intestinal (coles, espinacas y
harina de algarroba).
Y en tercer lugar tomar suplementos prebióticos y probióticos, o
ambos a la vez, es decir, simbióticos.
Efectos beneficiosos
de los prebióticos
. Mejoran la microbiota intestinal y las funciones
intestinales: digestivas y de barrera.
. Aumentan la absorción de minerales: calcio, magnesio, zinc
y hierro.
. Desarrollan funciones inmunes (sus metabolitos “informan”
a los mecanismos de defensa).
. Reducen el riesgo de infecciones intestinales.
. Previenen la obesidad, la diabetes tipo 2, el síndrome
metabólico y la enfermedad cardiovascular, ya que reduce o enlentece la
absorción de grasas y azúcares.
. Reduce el
riesgo y/o mejora el curso de enfermedades inflamatorias intestinales.
. Disminuye el riesgo de cáncer de colon.
Las
ventajas de los probióticos
. Regulan el ritmo intestinal y están indicados en
estreñimiento, diarreas, colon irritable, meteorismo, etc.
. Ayudan a la prevención y restablecimiento en infecciones
intestinales, infecciones vaginales, urogenitales y alteraciones de la flora
dérmica.
. Promueven el desarrollo del sistema inmune local y global
y pueden influir en procesos alérgicos (atopias, asma) y aumentan las defensas
frente a infecciones.
. Mejoran los procesos digestivos influyendo en el
metabolismo, por este motivo están
especialmente indicados en los casos de diabetes, obesidad e intolerancia a la
lactosa.
. Contribuyen a reducir el colesterol
endógeno.
La
nueva generación de probióticos
Unir prebióticos y probióticos en un
solo suplemento dietético aporta mayores beneficios porque se mejora la
supervivencia de los probióticos en el tránsito intestinal, se revitalizan las
actividades metabólicas y funcionales vinculadas a los pre y probióticos y pueden
tomarse junto a antibióticos orales durante el tratamiento de un proceso infeccioso
frenando así la destrucción de la flora intestinal.
Por ello la nueva generación de
suplementos dietéticos para la flora intestinal combinan prebióticos y probióticos,
creando así una nueva gama de equilibrantes de la microflora llamados
simbióticos. Pero además, los nuevos simbióticos aportan también otras
sustancias específicas para aumentar su eficacia en casos concretos. Estos son
los suplementos probióticos combinados que ya puedes encontrar en el mercado
dietético diseñados para cada necesidad:
. Para bajar el colesterol: con monacolina obtenida de la levadura
roja de arroz, vitamina K2 y una mezcla de plantas.
. Para el bienestar intestinal: con una mezcla de probióticos
y fructooligosacáridos que favorecen el equilibrio de la microflora intestinal,
y también con calcio, que contribuye a alcalinizar el medio.
. Para
prevenir las infecciones urinarias: con equinácea y gayuba
. Para evitar micosis, pie de atleta y otras afecciones de
la piel: con plantas como pasiflora,
bardana y primrose.
. Para prevenir la candidiasis genital: con reishi y vitamina C.
Como vemos, aportar un suplemento de prebióticos y probióticos a nuestra dieta
puede ayudarnos a prevenir y curar muchas dolencias, y por supuesto, a
conseguir una mejor digestión.
Daniel Sancho Sanz
Maestro Terapeuta Reiki Tibetano, Tradicional, Kundalini.
Terapeuta Flores de Bach
Terapeuta Reflexología.
Homeópata Titulado Universidad de León.
Experto en Acupuntura y Manopuntura.
Masajista ayurvédico y Técnico en terapias Ayurvedicas (Padmasana Center)
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