Los chakras se hallan básicamente conectados a las funciones del cuerpo físico por medio de las glándulas endocrinas y el sistema vertebral. Transmiten energía hacia adentro y afuera del cuerpo por medio de los distintos contactos vertebrales. La distribución se produce en todo el cuerpo a través de las vías nerviosas y el sistema circulatorio. En su recorrido, todos los órganos, tejidos y células reciben energía para sus distintas utilizaciones. Cuando tenemos un chakra cerrado o bloqueado al cabo de un tiempo sentimos cierta debilidad o desajustes correspondientes a las cualidades del chakra comprometido.
Pueden utilizarse tonos, ritmos, instrumentos y vocalizaciones para estimular, equilibrar y establecer una relación recíproca con el fluido de energías electromagnéticas de los chakras y de esta forma podemos abrir nuestros chakras y corazón. Puesto que conectan con lo físico, podemos utilizar los mismos tonos, ritmos, instrumentos y vocalizaciones para conseguir los efectos deseados en los órganos físicos y los sistemas del cuerpo correspondientes.
El sonido y la música constituyen la forma más efectiva y simple para restablecer el equilibrio. Los chakras y sus emanaciones electromagnéticas responden a tonos y vocalizaciones musicales específicos.
Cuando se produce un desequilibrio, pueden utilizarse tonos específicos para restablecer la homeostasis a la función de nuestros aspectos electromagnéticos.
Los tonos de la escala musical resuenan con los siete chakras principales del cuerpo. Cada chakra posee su nota tónica. El diapasón resulta muy efectivo para ello, aunque es caro. Podemos utilizar una simple y barata flauta para equilibrar la corriente de energía en un chakra en particular.
Podemos también cantar un aire apropiado o interpretarlo con un instrumento musical; o bien interpretar una pieza musical escrita en una clave cuyo tono sea el primario del chakra desequilibrado. En muchas tiendas pueden adquirirse sintetizadores económicos con los cuales puede conseguirse el tono o las combinaciones de tono que han de ayudarnos a restablecer el equilibrio del centro de energía específico y su réplica fisiológica. Usaremos ciertos tonos para restablecer el equilibrio físico, emocional, mental o espiritual. El sonido sagrado tiene propiedades físicas y también metafísicas.
El Sonido y Vibración de los Chakras
Chakra base: Proporciona la energía vital, pero bien estimulado puede ampliarnos la consciencia respecto a las propias aptitudes en una vida anterior y hacer disminuir los temores. Es la sede de la kundalini. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono do mayor
- Bajo e instrumentos de percusión
- Sonido vocálico de U larga.
Chakra sacro: Es el centro que influye en las sensaciones y emociones. Está vinculado a la consciencia y a la creatividad. Controla la mayor parte de funciones referentes a la personalidad y puede estimularse para que la persona establezca comunicación con las energías y los seres en el plano etérico. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono re por encima del do mayor
- Bajo, percusión, bronces e instrumentos de viento de madera
- Sonido vocálico O larga.
Chakra del plexo solar: Va ligado a la función de la clarisensibilidad y en general a las energías y experiencias psíquicas. Posee también vínculos con los procesos de pensamiento racional. Cuando se activa con objetivos no físicos puede revelarnos actitudes y capacidades de otras personas. Puede estimular nuestra sintonía hacia la influencia de la naturaleza. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono mi por encima del do mayor
- Flautas, instrumentos de viento de madera, de cuerda y piano
- Sonido vocálico de auh.
Chakra del corazón: Este es el centro transmisor de los chakras; despierta la compasión y su expresión en nuestras vidas. A través de él expresamos el amor superior y las energías revitalizadoras. Adecuadamente estimulado, se consigue una visión sobre las fuerzas más profundas en plantas y animales. Despierta el conocimiento respecto a los sentimientos y disposiciones de los demás. Los sonidos que lo estimulan y equilibran son:
- Tono fa por encima del do mayor
- Arpa, órgano, flauta, carillón y todos los instrumentos de cuerda
- Sonido vocálico de A larga.
Chakra de la garganta: Este centro está vinculado a las funciones del hemisferio derecho y a las funciones creativas de la mente. Puede estimularse para aumentar la clariaudiencia, también para examinar los pensamientos de los demás (telepatía) y abre la consciencia para penetrar en las verdaderas leyes de los fenómenos naturales. Los sonidos sagrados que lo equilibran y estimulan son:
- Tono sol por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano e instrumentos de cuerda agudos
- Sonidos vocálicos de E, I, U y A cortos.
Chakra de la frente: Es el centro de la clarividencia superior y el magnetismo total del cuerpo (los aspectos femeninos de nuestras energías). Nos abre hacia percepciones mayores y más claras. Está implicado en el proceso de la imaginación y la visualización creativa. Nos lleva hacia la visión espiritual. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono la por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano, carillón de viento e instrumentos de cuerda agudos
- Sonido vocálico de E larga.
Chakra de la coronilla: Este chakra es el vínculo con nuestra esencia espiritual. Nos sitúa junto a las fuerzas superiores del universo; es muy efectivo en la purificación de nuestros cuerpos sutiles, especialmente en cuanto a prepararlos como vehículos de consciencia aparte. Puede trasladarnos a todas nuestras vidas anteriores y a la forma en que hemos llegado a la presente encarnación. Es imprescindible a la hora de integrar nuestro yo espiritual con el yo físico en las circunstancias de nuestra vida actual. Los sonidos que lo equilibran y estimulan son:
- Tono si por encima del do mayor
- Arpa, órgano, piano, carillón de viento e instrumentos de cuerda agudos
- Sonido vocálico de E larga.
Nuestro cuerpo es capaz de discernir entre los sonidos beneficiosos y perjudiciales y responder a ellos en conformidad. Tales respuestas afectan a los estados físicos, emocionales, mentales y espirituales, aunque muchas personas no son conscientes de los efectos hasta que no se produce una respuesta física. Podemos detectar de forma auditiva cuando se ha producido el equilibrio, a través del sonido de nuestra voz.
Podemos utilizar al sonido como fuente de energía para actuar recíprocamente con otras energías, ya sea a través de la música, la voz u otro origen, ya que constituye un medio efectivo para alterar los campos e impulsos electromagnéticos de una persona o un medio.
Esto significa que, en caso de producirse un desequilibrio en los parámetros normales del cuerpo (ya se trate de un órgano específico o de un sistema en concreto), podemos utilizar el sonido sagrado en una de sus formas o combinaciones como ayuda para el restablecimiento de la homeostasis, aliviar el dolor o acelerar la curación.
Como fuente de energía, puede utilizarse también como medio para el cambio en la consciencia. Ayuda en la concentración, la relajación, el aprendizaje, la creatividad y el aumento de la comprensión de los estados psico-espirituales. Actúa de forma recíproca con el cerebro y ayuda a alterar sus frecuencias de ondas para facilitar dichos procesos.
El aspecto del tono en el sonido sagrado es el que nos transporta a niveles de energía superiores en todos los aspectos de nuestro ser. Cuanto más altos e intensos sean nuestros campos de energía, con menos probabilidad chocarán con las fuentes exteriores y mejor preparados estaremos para adaptarlos a la resonancia de una gama de fuerzas, personas y circunstancias de la vida más amplias.
Todos poseemos nuestro propio tono natural, si bien también existe un tono universal: este es la vibración ideal, la que en definitiva resonará con lo divino; conferirá armonía a todos los ritmos vitales. Podemos utilizar los tonos de los instrumentos y voces para mantener nuestro propio tono natural a la vez que desarrollamos el vínculo con el tono universal. Podemos determinar nuestro tono vocal con un piano o algún instrumento con el que interpretar algunas octavas o notas. Investigaremos la nota más alta con la que somos capaces de cantar sin que se nos quiebre la voz; seguidamente buscaremos la nota más baja. El tono intermedio entre ambas es el tono con el que funcionamos en general, pero nuestra gama puede ampliarse mediante las técnicas apropiadas.
Una parte del poder secreto de la palabra radica en el aprendizaje del control del timbre de la voz para crear consonancia o disonancia según los propios deseos. La mayoría de las personas lo llevan a cabo de forma naturalCuando decidimos que queremos permanecer tranquilos, adoptamos un timbre que resulte áspero y discordante que aparte a los demás. Cuando deseamos mostrarnos amistosos, adoptamos un tono de voz suave, amable y ligero. Con la práctica aprendemos a crear cambios fisiológicos y espirituales en nosotros mismos y en los demás alterando el timbre del discurso y empleando el de diversos instrumentos para obtener efectos específicos.
La magia de la música
Todos somos musicales. Cada persona posee en su interior este don; la música nos ha rodeado y alimentado desde el momento en que fuimos concebidos: desde los sonidos que nos llegaron a través de los líquidos amnióticos durante el embarazo de nuestra madre hasta los rítmicos latidos de nuestro propio corazón. La música y el ritmo son vida. La música es revitalización, y debería formar parte consciente y activa de nuestras vidas, y no limitarse a escucharla o utilizarla para llenar vacíos de silencio en nuestras vidas. Tenemos que darnos cuenta de que la música encierra todas las maravillas y la clave de los milagros de la vida: naturales y espirituales.
Las consecuencias de una elevada consciencia y la comunicación divina viven en la música. Cuando se interpreta, la música continúa vibrando en el campo de la energía mucho después de que el sonido actual se haya desvanecido de la conciencia audible. Este fenómeno dice mucho sobre los efectos espirituales y continuos de la música. Incluso plantea que la posibilidad de comunicar con lo invisible es inconmensurable.
Lo que proporciona la fuerza o el impacto no es tanto el número de notas en una escala concreta sino más bien su sucesión. La relación entre una nota y la siguiente nos proporciona la clave para la utilización de la música en el campo de la revitalización y para alcanzar estadios superiores de consciencia. Lo que crea el impacto es el orden en que se ejecuta, junto al ritmo.
Determinadas combinaciones de tonos y ritmos proporcionan efectos específicos a nuestros estados físicos, emocionales, mentales y espirituales. El orden y ritmo de los tonos, así como la mezcla de éstos en diversas melodías, constituye una fuente de magia. Podemos aprender a combinar tonos vocales o instrumentales – para vincular las energías del cuerpo. Podemos hacerlo para llegar con más facilidad a la revitalización, a la intuición, al sueño de la iluminación, a la comunión con nosotros mismos y el cosmos.
Fuente: vibracionalterapias
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