Mis primeros recuerdos de la fábrica tienen olor a malta y recuerdo la imagen de mi madre dándole a la manivela de la tostadora
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Es el cuarto hijo
del fundador de Casa Santiveri, Jaime Santiveri Piniés, y nació en Barcelona el
16 de febrero de 1913. Tiene, por tanto, 94 años. Santiago Santiveri Margarit es
farmacéutico de carrera, dirigió durante muchos años la empresa familiar que
heredó de su padre, y en la actualidad, aunque está jubilado, sigue ostentando
el puesto de presidente de la empresa y acude a la fábrica cada mañana. Es
viudo, tiene tres hijos y seis nietos y hasta un bisnieto.
Pregunta: ¿Cómo surgió la empresa
Santiveri, pionera en España en alimentación dietética y natural?
Respuesta:
La empresa la inicia en Barcelona mi padre Jaime Santiveri Piniés en 1885,
después de haberse curado de una enfermedad pulmonar que la medicina oficial
había calificado como incurable. Cuando conoció el fatal diagnóstico, en vez de
resignarse buscó alternativas y llegó a sus oídos la existencia en Alemania de
un balneario que curaba con técnicas naturales. Se trataba del sanatorio del
abad Sebastián Kneipp en Woerishofen, Alemania, donde mi padre pasó seis meses
haciendo curas de agua, ¡se bañaba en el Danubio en pleno invierno!, paseos al
aire libre, caldos vegetales, plantas medicinales y dieta vegetariana. Regresó
totalmente curado y entusiasmado por la terapia que le habían aplicado, pero al
comprobar el nulo interés que mostraban los médicos por conocer y aplicar estos
métodos curativos decidió convertirse en un distribuidor de los productos
naturales que utilizaba Sebastián Kneipp en sus curas. Así que le faltó tiempo
para transformar su camisería de la calle Call de Barcelona, en la primera
fábrica laboratorio de productos dietéticos de España.
P: Así que Santiveri nace como una
distribuidora de los productos Kneipp en España...
R: Bueno,
más que distribuir sus productos mi padre lo que quería era dar a conocer el
método curativo de Sebastián Kneipp. No podía quedarse sin hacer nada cuando
veía que tantas personas jóvenes morían de tuberculosis sin que los médicos
pudieran hacer nada por ellas, cuando él se había curado y conocía cómo hacerlo.
Por eso hizo todo lo posible por divulgar el método. Y como él era comerciante y
no médico, la mejor vía para hacerlo fue hacerse distribuidor de algunos de sus
productos montando una tienda de alimentos de régimen, que luego por
requerimientos legales tuvo que transformar en una farmacia, contratando a un
farmacéutico.
La mayor parte de los productos que se
vendían eran importados desde Alemania, entre los que se contaban productos tan
variados como harinas de hueso o polvos blancos para combatir la debilidad
nerviosa y el raquitismo, ungüentos oftálmicos, purgantes, tisanas, tela de lino
para las envolturas, regaderas y otros utensilios para la hidroterapia, etc.
Pero la estrella era la malta, una bebida para reemplazar el café colonial que
ya estaba registrada por la casa Kathreiner en 30 países diferentes. Mi padre
organizaba con ella degustaciones gratuitas en el Mundial Palace de Barcelona.
P: ¿Qué recuerdos guarda usted de su
infancia en relación al negocio familiar? ¿Y de su padre, don Jaime? ¿Toda su
familia ha trabajado en Santiveri?
R: Toda mi
existencia está ligada al negocio familiar, ya que nací en la fábrica de Casa
Antúnez, cerca de los Baños Zoraya, donde hoy se hallan los depósitos de Campsa.
Por entonces la Zona Franca barcelonesa eran campos de cultivo muy cercanos al
mar, algunos barrios pobres y teníamos que batallar continuamente contra las
crecidas del río Llobregat y las consiguientes inundaciones. Mis padres habían
dejado de vivir en la calle del Call (donde continuó la tienda que sigue
existiendo hoy en día) y se trasladaron a unas nuevas instalaciones que daban a
la playa. En la planta baja se instaló una tostadora de malta (el producto
fetiche de Santiveri), y la familia vivía en la primera planta. Nos mudamos
cerca de la playa por recomendación de un médico naturista que había aconsejado
baños de mar a mi hermano Benito. Y es por eso que todavía hoy (aunque no en el
mismo lugar que entonces) la sede principal de Santiveri en Barcelona está muy
cerca del mar.
Mis primeros recuerdos de la fábrica
tienen olor a malta y recuerdo la imagen de mi madre dándole a la manivela de la
tostadora (que no tenía motor, claro). Eran otros tiempos y trabajábamos todos.
Mis hermanas de cajeras en las tiendas, mi padre me hizo estudiar Farmacia para
ocuparme del laboratorio, luego al casarse mis hermanas sus maridos se fueron
incorporando también al negocio, en fin, que poco a poco casi toda la familia se
fue integrando, y ahora trabajan mis hijos y mis sobrinos.
A mi padre lo recuerdo como una persona
muy activa, muy ocupada. Y viéndolo ahora en perspectiva, creo que mi padre fue
un emprendedor (como se dice ahora) que se adelantó a su época. Tenga en cuenta
que ya en el año 1920, mi padre empezó a producir comprimidos de malta y de
caldo vegetal. Era muy innovador, y ese espíritu sigue permaneciendo en la
empresa Santiveri hoy en día.
P: Por lo que cuenta, todo empezó con la
malta, que por cierto, ¿siguen comercializando hoy en día?
R: Sí, el
primer producto que empezó a comercializar mi padre fue la Malta Kneipp, pero al
estallar la Primera Guerra Mundial, los alemanes anularon los contratos y
Santiveri se quedó sin la concesión, pero eso en vez de amilanar a mi padre le
empujó a crear su propia marca: Malta Natura que empezamos a producir, como le
expliqué, con nuestra propia tostadora. La malta es un excelente sucedáneo del
café que se elabora a base de granos de cebada germinados y tostados. Al
germinar, los hidratos de carbono de la cebada se transformaban en maltosa,
mucho más digerible. Al ser digestiva, nutritiva y estimulante sin excitar el
sistema nervioso tuvo su época dorada en la preguerra española y llegamos a
tener un camión-degustación llamado El Águila Verde, adaptado como cafetería,
para promocionarla.
Hoy Santiveri sigue vendiendo malta, pero
ésta ya tiene un heredero más popular que se llama Chife. Se trata de un
extracto soluble de cereales (cebada, malta y centeno) y achicoria tostados.
Está muy bueno, es lo que me tomo yo cada día, e incluso hay una variedad para
mujeres que está enriquecida con isoflavonas (Chife Mujer).
P: La historia de Santiveri está muy
ligada a la historia del vegetarianismo en España...
R:
Efectivamente, fue mi padre Jaime Santiveri junto con el Dr. Josep Falp i Plana
-el médico con el que se había asociado para aportar el punto científico y
académico a sus productos- el que creó en 1908 la Liga Vegetariana de Cataluña y
su órgano de difusión «La revista vegetariana». Siempre hubo una relación muy
fuerte con los médicos naturistas y los vegetarianos, pero a medida que ha
pasado el tiempo nuestro círculo de clientes se ha ampliado mucho y ahora abarca
también a otros sectores de la sociedad que se interesan por la calidad de vida
y la salud.
P: Santiveri abarca productos dietéticos,
plantas medicinales, cosmética natural… ¿Cuáles han sido los productos clave
para la próspera evolución de la compañía?
R: Como ya
hemos dicho la malta nos hizo despegar y ser muy populares, pero también los
caldos vegetales de cereales, los jarabes de plantas, la carne vegetal «Carnita»
–otro clásico del vegetarianismo español-, el pan dextrinado (un sistema
especial de tostado creado por Santiveri que mantiene el pan crujiente y resulta
más digerible) y los alimentos sin azúcar para los diabéticos. Pero ahora es muy
distinto y los hábitos de consumo han variado y también nuestros productos.
Ahora tenemos más de 1.000 productos diferentes que van desde un combinado de
plantas laxantes masticables, a los batidos y yogures soja Provamel, pasando por
las cápsulas de triptófano, las tortitas de cereales, la levadura de cerveza,
los edulcorantes acalóricos, el jugo de aloe vera o la lecitina de soja.
P: Santiveri ha sido una empresa avanzada
desde sus inicios… ¿En qué año se creó el Departamento de I+D y con qué fin?
R: Sí, como
le comenté mi padre desde el inicio se esforzó en que su negocio respetara todas
las normas legales y sanitarias. Por eso desde el principio tuvo farmacéuticos y
médicos desarrollando los productos y controlando su calidad. Pero al hacernos
más grandes y con más productos, hemos tenido que ampliar nuestro laboratorio de
análisis de materias primas y de control de calidad de nuestros productos y
crear un departamento de I+D para la Investigación y Desarrollo de nuevos
productos, que funciona como tal desde 1980.
Ahora en nuestro laboratorio y
departamento técnico trabajan seis farmacéuticos, tres químicos, tres médicos y
dos biólogas.
P: ¿Cuál ha sido su labor en la compañía
hasta el día de hoy?
R: Bueno,
como nací en la fábrica, hice prácticamente de todo. Pero como a mi padre le
habían exigido tener un farmacéutico para poder vender los productos Kneipp, me
sugirió que estudiara Farmacia. Así que hice la carrera y tengo el título de
licenciado por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona y el
número de colegiado 1610 del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. Así que
durante muchos años yo fui el farmacéutico técnico de Casa Santiveri. Después mi
cuñado Jaime Torres se encargaba de lo comercial y yo de la fábrica. Hoy sigo
siendo el presidente de la empresa, aunque mi función es simbólica ya que el día
a día lo llevan mis hijos, mis sobrinos y otros directivos.
P: ¿Ha notado usted algún cambio en los
intereses de la sociedad con respecto a la salud natural desde que se fundó
Santiveri hasta ahora?
R: Mucho.
Antes, la clase médica nos consideraba como intrusos y no le daban tanta
importancia a la alimentación y a los complementos dietéticos. Pero ahora sí que
lo tienen en cuenta y ya es frecuente que la medicina «oficial» recurra a
nuestros alimentos o complementos. Pero sobre todo el cambio para mi está en que
la gente se preocupa más por su salud, se responsabiliza más de su propio
bienestar y por ello optan por productos más sanos y naturales como los
nuestros.
P: Santiveri ha distribuido en sus
orígenes productos de la marca Kneipp y después de Kelloggs ¿sigue atrabajando
con estas firmas o ahora tienen elaboración propia?
R: Uf, hace
mucho que no trabajamos con ninguno de los dos. Es verdad que los corn flakes
cruzaron el Atlántico gracias a Santiveri, que también dio a conocer en
Barcelona otros productos del genial Kellogg, como los Brand para combatir el
estreñimiento. Una muestra de las buenas relaciones que existían entre Santiveri
y Kellogg es que en la Exposición Universal de Barcelona que se celebró en 1929,
Santiveri tuvo un stand de Kelloggs pagado por ellos. Fuimos su representante y
distribuidor en España hasta la Guerra Civil Española que desencadenaría la
ruptura de relaciones comerciales.
Como ya expliqué, con la marca Kneipp
dejamos de trabajar después de la guerra de 1918, cuando los alemanes rompieron
los convenios comerciales con nosotros.
P: ¿Cuántas fábricas y franquicias tiene
Santiveri en la actualidad?
R: Tenemos
tres centros de producción (Barcelona, Lérida y Peñafiel), 49 tiendas propias y
218 franquicias, y vendemos nuestros productos a más de 7.000 puntos de venta
(dietéticas, herbolarios, grandes superficies, parafarmacias). Disponemos de dos
sociedades en Italia y México, y exportamos nuestros productos a 29 países.
P: ¿Qué tipo de personas se interesan por
los productos de su marca?
R: Aunque
tradicionalmente se ha relacionado nuestra marca con los productos para
diabéticos e intolerantes al gluten y a la lactosa (ya que tenemos muchos
alimentos sin azúcar añadido ni lactosa), lo cierto es que ahora nuestro abanico
de consumidores es mucho más variado. Nuestros clientes son sobre todo personas
que se interesan por su salud, que se preocupan por tomar alimentos sanos y
biológicos (nuestra gama de biológicos es cada vez más amplia) o que quieren
mantener el peso adecuado (tenemos una línea de productos para dietas de control
de peso, Dietabelt, y un programa de control de peso llamado Linibelt). Pero en
nuestras tiendas también entran deportistas en busca de reforzantes o mujeres en
busca de cosmética natural, que también tenemos y muy buena.
P: ¿Qué es lo que más le gusta a usted de
los productos naturales y qué importancia cree que tiene el consumo de estos
alimentos?
R: La
ventaja de los productos naturales es que no llevan aditivos y mantienen la
mayoría de sus nutrientes. Si pueden ser biológicos mejor y yo creo que el
futuro está en los alimentos procedentes de cultivo biológico ya que además de
mejorar nuestra salud mantienen también la salud del Planeta.
Para mí una buena alimentación desde la
infancia, y lo más natural posible, es básico para la salud y para vivir muchos
años. La prueba la tengo en mi propia persona que he sido prácticamente
vegetariano toda la vida y muy moderado en mi dieta, y a la vista está que hoy
disfruto de buena salud (sobre todo cerebral) a los 94 años.
P: ¿Cree usted que debería haber una
regulación en España de las Terapias Naturales?
R: Si eso va
a inclinar a la gente hacia lo natural y hacia la adquisición de hábitos más
saludables sí. Si regular es normalizar y darle la libertad y la opción a la
gente a que elija terapias menos agresivas, me parece estupendo. Eso sí, siempre
que haya una garantía de que el profesional tiene la formación adecuada.
P: Supongo que usted consumirá productos
Santiveri… ¿qué es lo que más ha tomado para vivir con lucidez tantos años (y
que sean muchos más)?
R: Nada más
levantarme tomo una cápsula de Antiox con agua (se trata de un combinado de
antioxidantes que tenemos en Santiveri). Luego llevo muchos años tomando antes
de desayunar un vaso con el zumo de 1 limón con agua y 1 chorrito de miel al que
le añado 1 sobrecito de ginseng en polvo y 2 cucharadas de Vigor Total (una
mezcla de polen, levadura de cerveza, germen de trigo, lecitina y algas). La
única leche que tomo es Calcimel (nuestra leche de soja) y en vez de café, tomo
Chife, un extracto soluble de cereales, que es más completo que la malta y que
es riquísimo. Después del desayuno también tomo cada día 4 comprimidos de
quelato de magnesio (para mantener bien las articulaciones) y 2 cápsulas de
Memoran Plus, un preparado a base de fosfatidilserina y fosfatidilcolina,
ingredientes que ayudan a prevenir problemas de memoria, y que gracias a Dios
todavía no tengo.
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Primera tienda de Santiveri
Entrevista publicada en la web:
http://www.revistanatural.com
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