Uno de los cuentos hindúes más hermosos, tiernos y a la vez ilustrativos es el de la Paloma, que cuentan muchos maestros a sus alumnos allí.
Al amanecer, en una localidad de la India, una hermosa paloma, revoloteando, se coló en un pequeño y recoleto templo. El sacerdote, antes de despuntar el día, había colocado en el centro de santuario una rosa como ofrenda al Divino. Se trataba de un templo con sus paredes recubiertas de espejos, de tal modo que la rosa se reflejaba en innumerables veces en sus paredes cubiertas de espejos.
La paloma, tomando los reflejos por la misma rosa, voló hacia los mismos y chocó una y otra vez contra las brillantes paredes del santuario con tanto ímpetu que, al final su frágil cuerpo se reventó y encontró la muerte.
Sólo entonces la paloma, aún caliente, halló la auténtica rosa al desplomarse sobre ella.
ENSEÑANZA:
No seas cómo la paloma, persiguiendo reflejos, en lugar de apuntar a la realidad y hallar en tu interior la rosa del conocimiento.
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