miércoles, 18 de julio de 2012

El Verano y la fibra


En verano, ¡más fibra!


No se si sabías que los españoles tomamos la mitad de fibra de la recomendada, y eso, sobre todo en el verano, puede repercutir no solo en el estreñimiento (que es, popularmente, la molestia más asociada a la falta de fibra en la dieta) sino también en el colesterol, la diabetes, la obesidad, y en el conjunto de la enfermedades cardiovasculares. Así que antes de averiguar cómo podemos subsanar una posible carencia de fibra en nuestra dieta, vamos a recordar los conceptos básicos que todos deberíamos conocer acerca de la fibra.

Cada día deberíamos tomar de 25 a 30 g de fibra, aunque ciertos nutricionistas ya están recomendando aumentar esa cantidad hasta 50 g diarios, dependiendo de las necesidades concretas. Si tienes un funcionamiento intestinal normal has de consumir, como mínimo, 30 g de fibra diarios (procurando que la mitad proceda de cereales). Pero si tienes problemas digestivos y/o pesas demasiado, deberás incluir en tu dieta  50 g de fibra al día.

 Existen dos tipos de fibra con propiedades y funciones diferentes. La fibra soluble, presente sobre todo en frutas como manzana y pera, legumbres, avena, berenjena, etc., cuando se ingiere, forma una especie de gel en el tubo digestivo, que se liga a las grasas y ralentiza la digestión de los glúcidos o azúcares. Por tanto este tipo de fibra, va bien para bajar el índice glicémico de la dieta y evitar los picos de insulina, y por tanto, ayuda a controlar la diabetes y los niveles de colesterol, saciar el apetito en casos de obesidad, regular la flora del colon, protegerlo de la degeneración maligna y evitar el estreñimiento.
La fibra insoluble, presente sobre todo en el salvado de trigo y cereales integrales, col, espinacas, judías verdes, lechuga, tomate, etc., absorbe el agua en el tubo digestivo y se hincha. Por tanto, es buena para aumentar la masa fecal y acelerar el tránsito intestinal.

Llegar a la dosis mínima

A la vista de que la fibra sirve para mucho más que para adelgazar y para el estreñimiento, hay que asegurarse de que se llega a la dosis mínima diaria. ¿Cómo? Aumentando las raciones diarias de frutas, verduras y legumbres secas. Y, en la medida de lo posible, reemplazando el arroz y pan blanco y otros cereales por la variedad integral, y añadiendo semillas de lino y sésamo a las ensaladas.

Complementos de fibra
Cuando la alimentación no es suficiente, hay que echar mano de complementos dietéticos como estos para llegar a las dosis de fibra recomendadas.

. Salvado de trigo o de avena: contiene un 42% de fibra y pueden añadirse al yogur, sopas, tortilla y cereales del desayuno.

. Glucomanana: es un tipo de fibra soluble vegetal extraída de un arbusto oriental que suele tomarse en cápsulas que una vez en el intestino, en contacto con el agua, puede llegar a aumentar hasta 200 veces su volumen. Es de interés para dietas de control de peso, de diabéticos y anticolesterol. 

. Chitosán: un tipo de fibra soluble extraída de los caparazones de los crustáceos marinos, que va muy bien para atrapar las grasas a nivel digestivo. Se toma en cápsulas, antes de las principales comidas.

. Neopuntia: es una fibra vegetal que se extrae del cactus Opuntia ficus (chumbera) muy recomendada en diabetes o prediabetes. Se toma en cápsulas.

. Plantago: las semillas de esta planta tienen un alto contenido en fibra con efecto bífidus, que tienen la capacidad de hidratar y absorber agua, ayudando a regular el tránsito intestinal. Se presenta en sobres que se disuelven en agua y se toman antes de las principales comidas.

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Santiveri Calahorra
C/ Gral Gallarza nº 27 Bajo
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