jueves, 5 de julio de 2012

Historia para reflexionar

Ayer leí un episodio que ocurrió con el Dalai Lama que me encantó, y dá cuenta de que no hay que revesir de misticismo o forzar las cosas, somos lo que somos seres. Espero que os guste ahí va:

Una joven al abrirle la puerta al Dalai Lama, esté se fijó que la joven tenías ganas de exteriorizar algo pero no se atrevía.

El Dalai se dirigío a ella viéndola apurada diciendo: " ¿Necesitas o quieres algo niña?"

La niña le dijo: " No me permiten hablar con usted señor"

El Dalai le dijo: "pues no me hables preguntame"

La niña le preguntó: "¿Se enfada usted?.

El Dalai constestó sonriendo: "Claro que sí y muy amenudo, soy humano, pero se me pasa pronto".

Ahí está la clave en no reprimir, sino en ser conscientes de nuestra humanidad y filtrar rápido nuestras emociones que para eso son nuestras y nos hacen lo que somos.
 

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