martes, 17 de enero de 2012

Adelgazar con la agenda

Adelgazar con la agenda


Si la primera regla para perder el exceso de kilos es, recordábamos la semana pasada,  mejorar el funcionamiento de las vías de eliminación, la segunda es “anotar” los buenos propósitos para regular los hábitos. Como a casi todo el mundo los Reyes le habrán traído una agenda o dietario -que muchos acabamos abandonando en un cajón-, podemos aprovecharla y convertirla en un “diario” dietético para ordenar y recordar el menú semanal, apuntar lo que se come cada día, señalar los alimentos recomendados y los prohibidos, anotar la lista de la compra, y marcar el peso-meta propuesto.
Llevar un control escrito de lo que se come cada día puede aportar datos muy interesantes de porque no adelgazamos, y sobre todo de la calidad y variedad de nuestra dieta. Se trata de una estrategia para mejorar sobre todo nuestros hábitos alimenticios y hacernos más conscientes de la calidad y variedad de la dieta. Y por supuesto, es el paso previo antes de acudir a la consulta de una dietista, si queremos que realmente nos haga una dieta adaptada a nuestras necesidades y gustos particulares, como las que yo hago habitualmente.

Qué apuntar en el dietario:
 
Para empezar, hay que anotar absolutamente todo lo que se come y bebe en el desayuno, entre horas, en la comida, en la merienda y en la cena. Es mejor apuntarlo de forma inmediata para no olvidarse de nada. Al final del día, hay que revisar lo que se ha comido,  las cantidades, las repeticiones de alimento en las diferentes comidas, y sobre todo, el número de ingestas realizadas. Para hacer las anotaciones más visuales y útiles, se puede enumerar en negro y en tamaño bastante grande cada comida (por ejemplo, 1 desayuno, 2 pica pica de media mañana, 3 cortado con una pasta, 4 aperitivo, 5 comida, etc.), de esa forma, se hará muy evidente en la agenda, el número total de comidas realizadas. Se puede subrayar en rojo todos los alimentos muy calóricos que aparecen apuntados a lo largo de la jornada  tales como el azúcar en el café, el cruasán del desayuno, la bolsa de patatas fritas, un bombón, etc. para apreciar de forma más visible las cosas innecesarias que se han comido y así intentar evitarlas al día siguiente. También se puede subrayar con verde los alimentos que se repiten en las tres comidas principales (desayuno, comida y cena) para intentar comer al día siguiente menús más variados sin repeticiones. Por ejemplo, si se ha comido carne al mediodía, no se debería comer también por la noche. Si en el desayuno se comió mandarina, a media mañana es mejor elegir manzana. Si se ha desayunado con queso fresco, se podría tomar yogur a media mañana, etc.

- Al cabo de unos días, ya se pueden anotar en la agenda los menús ideales para cada día de la semana (mejor si  los ha prescrito una dietista profesional), y al lado hacer la lista de la compra con los ingredientes que se necesitan. Al final del día, se puede poner un SÍ o un NO a los alimentos del menú que se han cumplido o saltado, y anotar en rojo los alimentos ingeridos que no figuraban en el menú prescrito. De esta forma se hacen más evidentes las infracciones cometidas.
    También se puede anotar en destacado, los alimentos “recomendados” cada día como piña, kiwi, infusión de plantas depurativas, verduras, cápsulas de triptófano para evitar la ansiedad, suplemento de fibra saciante, algas en comprimidos, etc.

Adelgazar no solo es cuestión de comida, sino también de buenos hábitos. Ser consciente de lo que se come, es solo uno de ellos.


Por Tareixa Enríquez

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